3/30/2011

La soledad no es la mejor compañía

 

En la playa, sentada en su toalla, con una preciosa puesta de sol, estaba Alba como cada sábado... sola.
Ocho, hora de irse.
Llega a las nueve, y se pone a cenar. Después acaba y se tumba en su cama, con el móvil en la mano y ridículas ilusiones en el corazón.
De repente suena en la televisión una canción que parece escrita para ella .
-Cuándo me llamará, ¿cuándo lo hará?
-¡Belén cállate!
-¡Si me da la gana!
-Qué pesada eres...
-Más que tú no.

Se levanta a cerrar la puerta y enciende el ordenador. Nuevo correo. ¿Será él? No, es publicidad. Maldito Badoo, piensa. Al minuto, sonríe, ¿la causa? Él.
-Hola
-¡Hola!
-Por fin te pillo conectada, eh.
-Lo mismo digo.
-Jeje, es que últimamente estoy muy viciado a la DS.
-¿A qué juego?
-Pues... no sé el nombre, pero va de un chico que busca a su princesa, está enamorado de ella y ha desaparecido -miente el chico-.
-Hum... ¿No será alguno de Mario?
-No, pero es algo parecido.
-Ah vale.
-En fin, tengo que irme, la literatura me llama.
-Jaja, no la hagas esperar, hasta luego.
-Nos vemos.
-Álvaro ha cerrado sesión en MSN.

Sólo eran un par de amigos, de hecho ella sabía que a él le gustaba otra. Sin embargo eso no le hacía olvidar sus sentimientos hacia el chico. Lo había intentado de todas las maneras posibles, pero su amor no correspondido era demasiado fuerte como para olvidarlo así como así.
A dormir. Se va a las diez, su nuevo récord.

1 comentario:

  1. Que bonito. Me ha encantado. Por cierto, el que no puedes olvidar ni intentándolo se llama Álvaro?? ;D Porque entonces coincidimos en algo!!! JAjaja.

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